POR LOS RINCONES DE LA HISTORIA

11 de septiembre, aniversario de la Academia Mexicana de la Lengua

Hablar bien un idioma es imprescindible, para comunicarnos de la mejor manera con los demás. En esta circunstancia hay reglas que tenemos que respetar, y que en ocasiones no acatamos, porque escribimos y hablamos como queremos.


El 11 de septiembre de 1875 se inauguró en México la Academia Mexicana de la Lengua, lo que significó un gran acontecimiento en la vida nacional. A principios del siglo XIX hubo intenciones de contar con una institución que dictara reglas para el español. En 1713 se había creado en España, en Madrid, la Real Academia Española, por iniciativa de don Juan Manuel Fernández Pacheco, marqués de Villena, y en 1714, se aprobó por Real Cédula del Rey Felipe V.
Se cuenta que en 1770, se empezó a dar una relación de la RAE con México, debido a que había un mexicano, de Tlaxcala, Manuel de Lardizábal, que llegó a ocupar el sillón C en dicha institución. Lardizábal, que era jurista y filólogo, llegó a ser en la RAE, su secretario perpetuo. En tal evento se consideraba la necesidad de establecer en nuestro país una academia de la lengua, para que se redactara un diccionario de voces hispanomexicanas, así como una gramática de las lenguas habladas en México. Era necesario, corregir el uso anárquico de la ortografía, por ejemplo.


En 1835 nació la Academia de la Lengua, ratificada por decreto presidencial en 1854; y en 1865, surgieron las secciones dedicadas a la filología y la Literatura de la Academia Imperial, luego apareció la Academia Nacional de la Ciencia y Literatura, en 1870. Hasta que en 1875 surge la Academia Mexicana de la Lengua. Su director fue José María Bassoco, cuando era presidente de la república, Sebastián Lerdo de Tejada.
Su director actual es el escritor Gonzalo Celorio. Es importante saber que hay una academia de la lengua, la que fija reglas, aunque haya quien las omite a su antojo, llevado por las modas y los afanes políticos.

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