CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD

“No pienses que puedes combatir la corrupción mientras dejas que la corrupción supure dentro de Ti” (Lyman Abott)
Por FerMan

 

“Si las autoridades de un Estado están dominadas por la corrupción, se resquebraja la confianza en el gobierno y, con el tiempo, en el orden democrático y el Estado de Derecho”. Lo anterior se encuentra en el informe de 2019 elaborado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos con respecto al tema de la corrupción.

Asimismo, en dicho informe se menciona que una forma de corrupción es el clientelismo y su impacto en materia de igualdad, esto es, el tratar de forma diferenciada a las personas dependiendo de sus opiniones políticas, lo cual también constituye una forma de discriminación.

Lo anterior lo traigo a colación precisamente porque, sin darse cuenta o bien, con total conocimiento, el Presidente Andrés Manuel López Obrador se está convirtiendo en el principal promotor de la corrupción de nuestro País, puesto que, atiende y apoya a los sectores que son afines a su ideología, mientras que ofende y discrimina a quienes considera “conservadores”, “fifís”, “ultraconservadores”, entre otros.

Dicha actuación y aseveraciones por parte de un mandatario constituyen, por sí mismas, conductas ilegales que alientan a su repetición, lo cual es muy peligroso debido a que produce división en la sociedad, lo que a la postre conlleva a enfrentamientos de unos contra otros, y todo auspiciado por quien se supone debe mantener la unidad de toda una Nación.

También la corrupción clientelista de un gobierno se configura cuando el acceso a los servicios públicos depende de la pertenencia a un cierto sector político, religioso o de otro tipo, lo cual es una diferenciación prohibida por las obligaciones internacionales de los Estados en materia de derechos humanos, pues se considera que se busca un beneficio privado o personal para sus intereses ideológicos utilizando o aprovechando su posición o los bienes púbicos que se encuentran a su disposición.

En dicho contexto, si observamos la conducta de AMLO y analizamos sus discursos, nos daremos cuenta que ambos inciden en actos de corrupción cuando utiliza la discriminación para denostar a sus adversarios, pues por defender a unos, ofende y discrimina a los otros, violentando los estándares internacionales en materia de derechos humanos, lo que constituyen conductas clientelistas que realiza sin ningún fundamento ni justificación.

Es por ello, que el Sr. Presidente debe saber que representa a toda una nación, la cual debe mantener en buena gobernanza, y sin embargo, su conducta, en lugar de buscar la unidad, hace que se polaricen más las diferencias existentes y contrapone a los “pobres contra los ricos” y a los “conservadores contra los progresistas”, lo cual violenta los tratados internacionales de los cuales México forma parte. Es en atención a lo antes señalado que, de la manera más atenta, solicito al Sr. Presidente, Manuel Andrés López Obrador, respete los tratados internacionales firmados y ratificados por el Estado Mexicano en materia de derechos humanos y se abstenga de emitir declaraciones y realizar conductas que transgredan los derechos humanos de los mexicanos, pues está cayendo en aquello que pregona que está combatiendo, esto es, en actos de corrupción, pues cuando emite dichas declaraciones y realiza esas conductas, lo está haciendo utilizando y aprovechando su embestidura pública como Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.

“Fiat Justitiae, Pereat Mundus”.

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