ESQUELETOS EN EL CLOSET

KI$$
Por Jorge Villalobos

 

Allá por 1977-1978 era posible encontrar en la pared de la recámara de cualquier quinceañera o quinceañero pósters de Kiss compartiendo alegremente un espacio con otros de Farrah Fawcett, David Cassidy, Brooke Shields, las Vaqueritas de Dallas o Camilo Sesto. Durante los años 70 Kiss no era bien aceptado por los rocanroleros de la vieja ola ni por quienes gustaban del rock progresivo; decían que vendían imagen y no música, que eran un producto para adolescentes y chavillos sin criterio maduro. Además los detractores del rock y la “gente bien” les atribuían gratuitamente otros milagritos como que estaban ligados a la onda ocultista, que predicaban el libertinaje y que usaban un logotipo nazi (hoy dirían que “neonazi”). Se les consideraba como un “ardor de petate” que con semejante mal gusto se apagaría pronto. Sin embargo, el vuelo les ha durado casi cinco décadas.

La principal característica que dio fama mundial a la banda formada en 1973 fue su estrafalaria imagen. Para su maquillaje y vestuario cada uno de sus miembros inventó un alter ego que fuera de acuerdo con su personalidad:
– Paul Stanley era The Starchild o “El Amante”, se pintaba una estrella en el ojo derecho y enseñaba pelo en pecho, era sexy y alardeaba de virilidad.
– Gene Simmons, The Demon, se inspiró en las películas de horror, sacaba la lengua y fingía escupir sangre (con pintura no-tóxica, salsa catsup o Kool-Aid sabor fresa o tamarindo, no lo sé), le hacía al tragafuegos y asustaba chamacos.
– Peter Criss, The Catman, era amante de los gatos y su maquillaje parecía el rostro de un felino; como buen gato, salía a cantar sentado sobre un bote de basura de callejón neoyorquino.
– Ace Frehley, The Spaceman o Space Ace, conocido en México como “El Galáctico”, era adepto a la ciencia ficción y la astronáutica y simulaba incendiar su guitarra en los conciertos.

Con la misma mística que envuelve a la personalidad de los personajes enmascarados de la lucha libre mexicana, los miembros de Kiss usaban su maquillaje y vestuario para todas sus apariciones en público, mantuvieron sus identidades reales en secreto y nadie conocía sus rostros verdaderos (en 1983 finalmente dejaron el maquillaje para continuar su carrera con la frente limpia y en alto y el público aceptó el cambio de buena gana; en 1996 volvieron a adoptar sus personajes maquillados y el público rugió de gusto).

Entre 1974 y 1978 lanzaron seis álbumes de estudio y dos en concierto, más un álbum solista de cada integrante del grupo y otro doble de recopilación, con grandes éxitos de ventas mundiales. En ese periodo su popularidad era tal que rebasó el ámbito de la música de rock, y con la venia de su representante Bill Aucoin comenzaron a ceder derechos a compañías que comercializaban todo tipo de souvenirs y productos de consumo con la imagen del grupo; aparecieron en el mercado artículos como radios de transistores y tornamesas, guitarras de juguete, loncheras, muñecos, juegos de mesa, máquinas de pinball, tarjetas coleccionables (como las de beisbolistas que se distribuían en los empaques de chicle), todo un negocio alterno que con el paso de los años amplió su mercado a videojuegos, tazas, champús y lociones, tarjetas de crédito bancario, preservativos… se habla de más de 3 mil productos con la imagen de Kiss.

El colmo es el “Ataúd Kiss” (Kiss Kasket), un féretro real con un costo actual aproximado de cuatro mil dólares; cuando salió al mercado Gene Simmons hizo promoción declarando: “Amo vivir, pero esto hace que la alternativa se vea muy bien”. El mismo Simmons donó ataúdes para los sepelios de Dimebag Darrel (en el año 2004) y de su hermano Vinnie Paul (en el 2018), ambos fundadores del grupo Pantera.

De vuelta en 1977, las antenitas de vinil de Bill Aucoin estaban detectando la presencia de enemistades entre los miembros de Kiss. En un intento por exprimir la mayor cantidad de dólares posible y hacer leyenda antes de que se hiciera por sí sola, el manager convenció a los músicos de participar en un par de proyectos que nada tenían que ver con la actividad a la que se dedicaban: los cómics y el cine.

La imagen teatral (o circense si se quiere) del grupo los exhibía como super-hombres, machos-alfa, los tacones de las botas de sus vestuarios los hacían tener siete pulgadas más de estatura, y su propio vestuario era digno de los superhéroes de historieta. En consecuencia, entra en escena Marvel Comics.

En 1977, ante notario público, a los cuatro miembros de Kiss se les extrajo un poco de sangre que ellos mismos acudieron a la planta de la editorial Marvel para verterla en el contenedor de tinta roja (magenta) con la que habría de imprimirse el ejemplar A Marvel Comics Super Special!: Kiss, “40 páginas de historieta a todo color más fotos y variedades nunca antes publicadas. Impreso con sangre real de Kiss” (a un dólar cincuenta centavos de 1977, ¿bara, no?). Se imprimieron 900 mil ejemplares y se vendió apenas medio millón. Hoy es artículo de colección.

El mismísimo Stan Lee (q.e.p.d.) recordó en una entrevista: “Yo fui con ellos, como un idiota, volamos hasta Buffalo, donde estaba la prensa (…) les habían dicho que iríamos, y había (…) policías en las esquinas, deteniendo el tráfico mientras íbamos hacia la imprenta, y yo pensaba que (…) probablemente algún doctor va a salvar la vida de alguien, probablemente alguien va a su trabajo que es muy importante. Estas personas estaban paradas mientras cinco idiotas, ellos cuatro y yo, van a ir a verter sangre en una planta de impresión. Pero bueno, fuimos y ellos pusieron su sangrita ahí, y volvimos…” (“Stan Lee – Publicity stunts: KISS and the red ink (42/42)”, junio 2016, https://www.youtube.com/watch?v=V-Wpjcv-MqQ).

En la historieta el cuarteto de superhéroes Kiss enfrenta a los villanos Dr. Doom y Mephisto, pero no aparecen más personajes del hoy llamado “Universo Marvel”; supongo que el trato era un único número especial, porque si El Demonio, El Amante, El Gato y El Galáctico se hubieran convertido en personajes permanentes de Marvel el público habría exigido que los incluyeran en la actual “saga” de los Avengers, ¡imagínese!, ¿cómo serían las películas del MCU, el “Marvel Cinematic Universe”? ¿Le restarían protagonismo a Iron Man? Gene Simmons habría peleado por interpretar a su personaje, pero considere usted: la película Iron Man apareció en el año 2008, cuando Simmons ya tenía 59 años (hoy 21 de junio del 2020 tiene 70)…

Pero no está tan ruco, ¿o sí? Si Kiss detuvo su gira (mundial) “End Of The Road” fue por la pandemia (también mundial) del Covid-19, no porque Simmons o Stanley (de 68 años) le teman a la idea de presentarse maquillados, vestidos con esos trajes de superhéroe y esas botas con tacones de siete pulgadas en esos sudorosos conciertos de casi dos horas, cuatro noches por semana, en una gira proyectada para empezar en enero del 2019 y concluir en enero del 2021, más las fechas canceladas que se espera reponer después… ¿O no? Porque el año pasado sí cancelaron dos conciertos por motivos de salud…

Volviendo al tema de los superhéroes, pensándolo un poco más, quizás sí habría que contratar a actores profesionales para hacer los papeles de Kiss en las películas de los Avengers… ya estoy desvariando. Pero esto nos lleva al otro proyecto en que Bill Aucoin metió a Kiss: el cine. Es probable que esa historia ocupe varios párrafos más…

 

* Comentarios, sugerencias, dudas o desavenencias acerca de “Esqueletos en el Closet” son atendidos al correo electrónico esqueletosenelcloset@hotmail.com.

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