ESQUELETOS EN EL CLOSET

 

¿Un cambio vendrá?
Por Jorge Villalobos

En 1964 Sam Cooke era una gran estrella de la música popular norteamericana. En vida lanzó 30 canciones que desfilaron en el ‘Top 40’ de las listas de popularidad (más otros tres hits póstumos) y 13 álbumes LP (más una cantidad innúmera de recopilaciones lanzadas después de su muerte, y vaticino que aparecerán algunas más en el futuro inmediato). Estableció su propia compañía de discos y logró éxito como empresario. Se le considera como “el padre de la música soul”, poseía una tesitura especial, con una suavidad natural que parecía emanar sin esfuerzo y ablandar piedras. Pero la mayor muestra de su éxito es el hecho de haber sido el cantante “de color”* que logró el “crossover” racial, el primero que vendió discos entre los blancos norteamericanos y logró que asistieran a sus recitales.

*(Estas clasificaciones son odiosas. Particularmente en los Estados Unidos se ha dado una evolución en la forma de referirse a las personas de piel marcadamente morena con ascendencia africana: desde cuando eran esclavos a los que se llamaba en inglés “negros” y luego “niggers”, al iniciar el siglo XX se consideró peyorativo el término, así que se les empezó a llamar “colored”; pero durante el movimiento por los derechos civiles se dio en llamarles “black people” o paralelamente “afro-americans”, el primer término es aceptable entre las comunidades que comparten la etnia, pero se usa el segundo en el contexto social formal con personas de distinta pigmentación dérmica. Así que es difícil encontrar el término “políticamente correcto” cuando estoy en un país en el que el contexto racial es completamente diferente. Le pido, estimado lector/lectora, que me disculpe por esta declaración de incompetencia).

Nacido en Clarksdale, Mississippi, Sam fue el quinto de ocho hermanos hijos del reverendo Charles Cook y su esposa Annie Mae. La familia se trasladó a Chicago cuando Sam tenía dos años de edad. A los 19 años se unió al grupo vocal The Soul Stirrers para interpretar música gospel; fueron muy exitosos entre la comunidad, pero cuando les llegó el momento de hacer giras hacia los estados del sur Sam quedó desagradablemente sorprendido al ver las condiciones de segregación racial que se vivían en esos lugares.

Siendo ya conocido entre la comunidad que asistía a los recitales de gospel, encontró cierta resistencia cuando quiso dedicarse a interpretar música seglar (laica, no relativa a la iglesia), por eso la canción que grabó como solista (‘Lovable’) fue lanzada con el seudónimo “Dale Cook”, pero al escuchar su característica voz fue identificado de inmediato. No sin renuencia, su propio padre le alentó para seguir una carrera como cantante de música popular, con el argumento de que si poseía un don, era su deber compartirlo y hacer felices a los demás a través de él.

Sam añadió una “e” al final de su apellido, “para darle estilo”, y se lanzó al mundillo de la música pop (regido por blancos) y el R&B (Rhythm and Blues, dominado por artistas de color). Su forma de interpretación le valió para obtener un éxito inmediato: su primer sencillo, “You Send Me”, pasó seis semanas en el #1 de las listas de R&B y tres en la misma cima del Billboard de música pop. Rápidamente empezaron las presentaciones alternando con músicos blancos en programas de televisión y con músicos de color en conciertos en vivo. Comenzó a componer sus propias canciones y a intervenir en los arreglos musicales. Y vinieron más éxitos, entre ellos “Chain Gang”, una canción simple dedicada a las cuadrillas de presos que realizaban trabajos forzados en las carreteras y lugares públicos, encadenados unos a otros de los tobillos.

Comenzó a codearse con las celebridades y a ganar notoriedad. Elvis Presley asistía a sus ensayos. En 1961 fundó su propia compañía de discos, SAR Records (distribuida por RCA Victor), y su propia agencia editora de canciones y representante de músicos e intérpretes de color. Su intención era apoyar a otros intérpretes de su comunidad para que alcanzaran el mismo éxito que él. Esto le permitió también experimentar con variantes musicales como soul, blues y jazz, y más adelante acompañado con orquesta para interpretar el estilo de la tradición del ‘Great American Songbook’ (o lo que en los EU se conoce como “American Standards”).

Durante ese periodo Sam Cooke, ya convertido en celebridad y exitoso hombre de negocios, comenzó a involucrarse en el movimiento por los derechos civiles, se hizo amigo cercano de figuras sobresalientes como el campeón de peso completo Muhammad Ali y el activista Malcolm X.

Desde su trinchera, la música, Cooke hizo su propia versión de la canción de protesta por antonomasia, “Blowin’ in the Wind” (1963), con la que Bob Dylan estaba sacudiendo las conciencias del pueblo blanco estadounidense. Cooke decidió que era hora de que la gente de color también tuviera su himno y compuso “A Change is Gonna Come” (“Un cambio vendrá”).

Yo nací junto al río, en una pequeña carpa
Oh, y tal como el río, he estado corriendo
desde entonces

Ha pasado mucho, mucho tiempo por venir,
pero yo sé que un cambio va a venir
Oh, sí vendrá

Ha sido muy difícil vivir, pero tengo miedo de morir
Porque no sé qué hay allá arriba, más allá del cielo

Voy al cine, y voy al centro
Alguien sigue diciéndome: “No andes por ahí”

Entonces voy hacia mi hermano
y le digo: “Hermano, ayúdame por favor”
Pero él termina derribándome,
de vuelta sobre mis rodillas
Señor, hubo veces en que pensé
que no podría durar mucho
pero ahora creo que puedo seguir adelante

Ha pasado mucho, mucho tiempo por venir,
pero yo sé que un cambio va a venir
Oh, sí vendrá

El acompañamiento musical de “A Change is Gonna Come” encaja justamente en el estilo de los “American Standards”, interpretado con orquesta completa, y es un verdadero agasajo para las trompas de Eustaquio.

Los versos iniciales, autobiográficos, proveen un motivo de identificación para la comunidad que representaba Cooke; la explotación de los esclavos en las márgenes del río Mississippi durante el siglo XIX y las condiciones en que ese sector de población pasó la primera mitad del XX son parte de su memoria colectiva.

La segunda estrofa describe inquietud por la incertidumbre de si esta vida, que ha sido dura de por sí, habrá de ser eterna.

En la tercera estrofa hace clara alusión a la segregación sufrida por la gente de color en las ciudades del sur de los EU: todos los servicios públicos y el entretenimiento dividían al público por raza, y a la entrada de cines, restaurantes, neverías, baños públicos, etcétera, había rótulos especificando “para blancos” o “para negros”. La frase “no andes por ahí” es también una clara advertencia de ser cuidadoso de no llegar a tocar a una persona de raza “blanca” ni con el pétalo de una rosa.

La cuarta estrofa puede interpretarse como una metáfora del ‘establishment’, el Estado, el “hermano” mayor que sirve y protege, pero en este caso traiciona y denigra al “hermano” de otra raza. Otra interpretación es que se trata de un “hermano” de la misma raza quien, por temor a represalias, prefiere que su gente continúe estando “de rodillas”.

Los últimos versos y el estribillo son el atisbo de esperanza de que un día llegue el cambio social y la raza de color pueda mejorar sus condiciones de vida.

Inicialmente “A Change is Gonna Come” no tuvo el éxito que Cooke esperaba, pero después de su muerte llegó a donde él hubiera querido: se convirtió en el himno de los activistas por los derechos civiles, y a la larga fue incluida en el catálogo de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos por ser considerada entre las obras “cultural, histórica o estéticamente importantes”. La NPR (National Public Radio) la menciona como “una de las más importantes canciones de la era de los derechos civiles”.

La historia posterior y el fallecimiento de Sam Cooke habrán de ser motivo para un capítulo futuro de los Esqueletos en el Closet, por el día de hoy, 7 de junio del 2020, baste con recordar que la lucha por los derechos civiles en los Estados Unidos ha vuelto a invadir calles y lugares públicos en las ciudades más importantes, con circunstancias un tanto diferentes pero iguales en esencia, pues el “cambio” anhelado 56 años atrás por Cooke en “A Change is Gonna Come” aún no ha llegado.

* Puede usted enterarse de muchos más detalles interesantes sobre la vida, milagros y deceso de Sam Cooke en el documental ‘ReMastered: The Two Killings of Sam Cooke’ (2019, distribuido a través de Netflix), con testimonios y explicaciones a detalle (no me pagan por el anuncio). Comentarios, sugerencias, dudas o desavenencias acerca de “Esqueletos en el Closet” son atendidos al correo electrónico esqueletosenelcloset@hotmail.com.

Mostrar más
Botón volver arriba