SE TIENE QUE DECIR

“La nueva normalidad”…¿no tener modo de subsistencia?
Por CACHO

La administración federal prepara lo que ha dado en llamar el regreso a la nueva normalidad, no sé por qué sería nueva, de hecho en un futuro (espero sea bastante cercano) se habrán de desarrollar vacunas eficientes contra el Sars-CoV-2 o Covid-19, lo que nos llevaría de regreso, ahora sí a la normalidad, la antigüita o la nueva, la que usted prefiera.
En el ámbito estatal, las autoridades gubernamentales se lo están tomando con calma y prudencia. Regresar a las actividades diarias requiere una estrategia bien definida, principalmente ante el penoso sistema de transporte público que tenemos en el estado de Chihuahua y el gran número de personas que regresarían a trabajar en plantas maquiladoras, por ejemplo.
No es muy seguro subirse en un camión que pasa cada hora u hora y media, y además viene con sobrecupo. Si esa fuere la nueva normalidad, estamos fritos, por eso, hay que pensarla bien, pero pronto, ya la economía de miles de familias no resiste más cuarentena.
Y ahora sí, abordando de lleno el tema de la subsistencia, sí surge la genuina duda de ¿cuál será la nueva normalidad?
Tan sólo en el mes de abril, de acuerdo con datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), se perdieron 555 mil 247 empleos formales debido a la crisis económica generada por la contingencia sanitaria del Covid-19.
Esto es para ponerse a temblar, pues, de igual manera, con información oficial del IMSS, los empleos perdidos en abril rebasan a las plazas creadas en todo el año 2019, que fueron 342 mil.
Luego, las previsiones sobre caída del empleo son de miedo, esperemos a conocer las cifras de mayo, un mes después de que muchas Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MiPyMEs) debieron seguir pagando (o ya no lo pudieron hacer y cerraron) la renta del local, los servicios de agua, luz, teléfono, internet y no hay que olvidar…los impuestos.
Bien, el presidente Andrés Manuel López Obrador prevé que la crisis del Covid cobrará un millón de empleos.
«Íbamos muy bien, ahora sí, como dicen en mi pueblo, por una expresión de un exgobernador, ‘tan bien que íbamos’, y se nos presenta lo de la pandemia, pero como ya habíamos iniciado medidas para el combate a la corrupción, para ser un gobierno eficiente, justo entonces no nos agarró mal parados la pandemia y hemos podido ir remontando la crisis mundial que precipitó», sí, eso dijo.
¿Íbamos tan bien con una desaceleración, que de acuerdo con lo informado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) hizo que el Producto Interno Bruto (PIB) de México cayera en 0.1%? Algo que no había ocurrido desde 2009 cuando México se recuperaba de la crisis económica global, pero en 2019 no hubo crisis, el Gobierno de AMLO la provocó.
Pero no nos preocupemos, ya no será necesario, según el mandatario nacional, medir el PIB, el crecimiento económico ya no es un indicador adecuado para la 4T, ahora van a medir ¡la felicidad!
Ahí sí que habrá números positivos, pues recuerden a López Obrador repitiendo incansablemente que “el pueblo bueno y sabio” “está feliz, feliz, feliz” ¿Qué pasará con ese “feliz pueblo sabio” cuando ya no alcance el dinero (porque sin empleos e inversión, no se genera riqueza, no hay fórmulas mágicas para ello) para darles becas a los “jóvenes con futuro”, por señalar algún rubro?
Sólo de pasadita, habría que señalar que para este gobierno no hay dinero que alcance, menos con la contingencia generada por la pandemia de Covid-19. Para empezar, Pemex perdió el año pasado 346 mil 135 millones de pesos, un 92 por ciento mayores a las que sufrió en 2018.
Por si esto fuera poco, el gobierno de AMLO le otorgó a finales de abril, un estímulo fiscal a la empresa productiva del Estado por 65 mil millones de pesos… pero ni eso detuvo la caída, pues, tome asiento estimado lector, durante el primer trimestre de este año, registró pérdidas por 562 mil 250 millones de pesos, de acuerdo con su reporte financiero enviado a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) el 30 de abril.
¿Será acaso por eso que el mes pasado, extinguió el presidente mediante decreto 281 fideicomisos públicos para echar mano de cerca de 250 mil millones de pesos? Tampoco hay que olvidar la “tamaliza en Palacio Nacional” que le reportó según el mismo AMLO, unos mil millones de pesos.
Y por si fuera poco, la diputada Dolores Padierna propuso el jueves 21 del presente una iniciativa en la que se plantea la desaparición del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) y de otros 43 fideicomisos, con el fin de hacer frente a la crisis de salud que ha generado la pandemia del COVID-19 en México y “clavarle las uñas” a 91 mil millones de pesos más.
Por fortuna, “se la batearon”.
Esto es estar tirando el dinero a la coladera ¿o a los bolsillos de alguien, o algunos alguien, no muchos, en esta inmaculada e incorruptible 4T?
Por si fuera poco, López Obrador, ante la debacle económica que ensombrece el futuro inmediato del país, anuncia pomposamente que creará dos millones de empleos.
Sus números, dados a conocer en la conferencia matutina del pasado lunes:
El programa Jóvenes Construyendo el Futuro creará 230 mil 872 nuevos empleos; en el programa de Mejoramiento Urbano de Sedatu en 50 ciudades, 228 mil 135 empleos; Sembrando Vida, 202 mil 216 empleos.
Además, con sus proyectos inamovibles como el Tren Maya, 80 mil 715; en la refinería de Dos Bocas, 72 mil 109; con la operación del Banco del Bienestar, 47 mil 791; la construcción del Nuevo Aeropuerto Felipe Ángeles, generarán 44 mil 150 empleos.
También para enfrentar la crisis de salud generada por la pandemia de Covid-19, se han contratado 45 mil 080 médicos y enfermeras. Entre los anteriores y otros rubros, de acuerdo con el gráfico mostrado por AMLO, suman 1 millón 123 mil 364 plazas laborales.
Y para completar los dos millones, (no sé a qué genio se le ocurrió hacer esta apreciación), toma como generación de empleo, otorgar 800 mil créditos para vivienda INFONAVIT y 170 mil más para el mismo fin, a través del FOVISSSTE, con ello su gráfico suma 2 millones 093 mil 364 empleos.
Ahora, vamos por partes: los jóvenes que están construyendo el futuro no pagan impuestos, reciben una compensación por un año solamente, el programa de Sedatu no es eterno y no se puede “sembrar vida” en invierno, los árboles tienen su ciclo, ¿qué no?
El banco del bienestar está planeado para hacer llegar lo que unos definen como dádivas y otros como apoyos, a los lugares más recónditos y “a quienes las necesitan”, no genera ganancias, pero sí gastos como agua, electricidad, teléfono, etc. o le ¿van a cobrar comisiones a los más pobres?
Así es, otorgar un crédito no es crear empleo, y los programas antes mencionados son eventuales, ¿de dónde saldrá el dinero para hacerles frente? Por otra parte, no se estimula el empleo permanente, de ése que genera riqueza e impuestos, al menos, López Obrador no ha hablado más que de los créditos de 25 mil pesos a las MiPyMEs, que alcanzaron quizá para un mes.
Una aspirina para curar el coronavirus.
Pues, se tenía que decir…y se dijo.

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