SE TIENE QUE DECIR

Cumple AMLO el “supuesto sueño” de Calderón: el Ejército en tareas de seguridad pública
Por CACHO

A pesar de que durante años, el ahora presidente Andrés Manuel López Obrador, se opuso mediante diversos argumentos, incluido el respeto a derechos humanos, al desempeño del Ejército y Marina en tareas de responsabilidad de la policía, publicó el lunes un acuerdo en el Diario Oficial de la Federación en el que ordena a las Fuerzas Armadas participar en funciones de seguridad pública hasta 2024 junto con la Guardia Nacional.
«Se ordena a la Fuerza Armada permanente a participar de manera extraordinaria, regulada, fiscalizada ,subordinada y complementaria con la Guardia Nacional en las funciones de seguridad pública a cargo de esta última, durante el tiempo en que dicha institución policial desarrolla su estructura, capacidades e implantación territorial», dice el acuerdo.
El plazo establecido para esta participación es por cinco años, es decir, hasta el 27 de marzo de 2024, tiempo durante el cual, se dice que la Guardia Nacional desarrollará su estructura, capacidades e implantación territorial.
Ya olvidó López Obrador que una de sus promesas de campaña, de esas que asegura él cumple, porque es un hombre de palabra, era sacar de las calles al Ejército en un plazo de cinco meses.
Luego de ser cuestionado sobre sus argumentos en el pasado, el mandatario dijo que “es necesario que las Fuerzas Armadas ayuden en labores de seguridad. Yo estoy pendiente de que no existan abusos, ni masacres”.
No se sabe cómo puede asegurar lo anterior si ni siquiera se enteró -de acuerdo con sus propias palabras, pues iba en un vuelo comercial a Oaxaca-, que hubo un operativo con fuerzas de élite para capturar a Ovidio Guzmán en Culiacán, el 17 de octubre del año pasado.
La historia y evolución de los hechos es ya conocida, al día siguiente López Obrador dijo que él había respaldado a los secretarios de Defensa, Marina y Seguridad Pública, quienes ordenaron la liberación del hijo del capo porque “yo considero que lo más importante es la protección de las personas”.
Todos estamos de acuerdo en que hay que proteger a las personas…de bien, no es posible que a 17 meses y medio de estar en el poder, al cual accedió entre otras cosas, porque iba a terminar con la inseguridad, en 2019 se haya registrado el mayor número de muertes dolosas en el país, desde los tiempos de la revolución, una cifra récord de 34 mil 582 homicidios, de acuerdo con las cifras oficiales.
No vayamos lejos, durante el pasado mes de marzo fueron asesinadas 2 mil 585 personas, lo que supone una media de 83.4 asesinatos diarios. Se trata de una cifra que, de acuerdo con lo que informa el diario El País, es la más alta desde que se tienen registros.
De hecho, es el mayor número de fallecimientos desde que empezó el presente año, con un 9.2% más de homicidios que en el mes de febrero, que tuvo 2 mil 294 casos y, además, supone un incremento del 70.6% con respecto al mismo mes de 2019, cuando hubo mil 468.
Otra cifra no sólo aterradora sino desalentadora, de acuerdo con el reporte de incidencia delictiva diaria de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPyC), el domingo 19 de abril, se vivió el día más violento del año con un total de 105 homicidios dolosos.
Esto nos señala claramente que, pese a estar “quedándonos en casa”, las muertes violentas no descansan, de hecho si se compara (odiosa comparación, lo admito) el número de personas fallecidas por el SARS-CoV-2 o Covid-19, de acuerdo con las cifras oficiales, es menor que el de homicidios: al pasado lunes tenían registrados 2 mil 271 decesos por la pandemia, mientras que por homicidios dolosos la cifra era de 4 mil 17.
Ayer, la cifra de muertes por Covid-19 ya había aparentemente rebasado las muertes dolosas, la pandemia cobró ya 4 mil 477 vidas de mexicanos. De acuerdo con el Consejo Nacional de Seguridad (CNS) a los 4 mil 17 contabilizados hasta el lunes, habría que sumarle 70 del día 12 y 86 del día 13 del presente para un total de 4 mil 173, no estaba disponible aún el dato del 14 de mayo.
Pero centrémonos por este día en las Fuerzas Armadas desarrollando labores policiacas. ¿Es necesaria su actuación en este ámbito? Lo más probable es que sí, pues la delincuencia está desbordada y la Guardia Nacional, patéticamente puesta a controlar la inmigración centroamericana que el mismo López Obrador propició al anunciar a los cuatro vientos su política de puertas abiertas para el tránsito hacia Estados Unidos.
La Guardia Nacional no cuenta en el combate al crimen pues, la Policía Federal, ya la desapareció el actual Gobierno ¿qué nos queda? Echar mano del Ejército y la Marina para intentar controlar la situación de inseguridad que, se prevé, con la pérdida de empleos y el masivo cierre de fuentes de trabajo, aumentará.
El problema de congruencia de AMLO es grande, muy grande, baste plantear tres ejemplos: la economía no creció antes de la pandemia (-0.1% en 2019), cuando se nos había prometido crecer un 4%, menos lo haremos ahora.
“Vamos a acabar con la inseguridad”, no se ve esto por lado alguno.
“Con un presidente honesto, acabaremos con la corrupción, barreremos la corrupción como las escaleras, de arriba para abajo”, más del 70% de contratos adjudicados directamente, sin licitación de por medio. Ahí está el reciente ejemplo de León Manuel Bartlett Álvarez y su empresa Cyber Robotics Solutions, en la compra por parte del IMSS, de ventiladores mecánicos chinos a un millón y medio de pesos cada uno, cuando el canciller Marcelo Ebrard presumió que él adquirió aparatos suizos, los mejores del planeta, a un tercio de lo que se pagó a Bartlett hijo.
Y por último: en campaña para la presidencia en 2018, López Obrador se la pasó criticando el uso de las Fuerzas Armadas por parte de los gobiernos de Calderón y Peña Nieto en el combate a la inseguridad. Decía que había violaciones de derechos humanos, muerte de niños y personas inocentes, que eso no debería suceder.
Ahora, como asegura con respecto a las tareas castrenses en seguridad pública: “estoy convencido de que es necesario, y como no tengo problemas de conciencia, por eso puedo plantearlo”.
Se parece más a que en realidad no tiene problemas de conciencia…porque no la tiene.
Pues, se tenía que decir…y se dijo.

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