ROLLOS CORTOS

“Parásitos ganadores”
Por Luis Raúl Herrera

¡Qué lástima que haya tenido que pasar, pero pasó! El tuerto rey en el país de los ciegos. Y no es que “Parásitos” la película surcoreana de Bong Joon Ho no sea buena, lo que pasa es que, así como Sylvester Stallone estaba convencido de que nos hacía falta “ver más bax” de la misma forma al público que abarrota las salas de cine con los estrenos de Hollywood le hace falta ver más buen cine, porque mejores filme y de la misma calidad que la ganadora hay muchas, especialmente en Corea del Sur, donde sobra creatividad y abundan las ideas nuevas.
Cuando una proyección diferente, con guion inteligente -de esos que hacen pensar- llega a la pantalla grande, ¡zas! Es una maravilla de otro mundo. Claro que se ve así porque comparado con lo que Hollywood ofrece es purísimo aire fresco, pues no se trata de remakes, sagas de historietas de superhéroes, biografías de glorias pasadas de la meca del cine o más de lo mismo de las mismas guerras de siempre. Hay aire fresco. Y ese aire huele a novedad, algo que los guionistas de Hollywood han ido perdiendo.
Una cinta como “Parásitos” está al nivel del cine que se hace en Corea del Sur. Puedo mencionar algunos filmes de ese país iguales o incluso mejores que la triunfadora del Premio Óscar a mejor película de este año, como “My sassy girl” de Kwak Jae-yong, de 2001, que tiene un emocionante e inesperado final; “The classic” de Kwak Jae-yong, de 2003 -cuyo guion es maravilloso-; “El corredor descalzo” de Kwon Soo-Kyung, de 2006 -con una historia verdaderamente enternecedora-; o “Las claves del corazón” de Choi Sung-hyun, de 2018 -que emociona hasta las lágrimas-, sólo por mencionar algunas.
Todos estos filmes tienen en común la frescura de ideas, la gran creatividad de los guionistas y cineastas surcoreanos que se atreven a hacer cosas diferentes. No por nada Corea del Sur tiene uno de los niveles más bajos de exhibición de cine estadounidense en sus salas comerciales, pues satisface la demanda de los cinéfilos surcoreanos con sus propias producciones, que abarcan todos los temas posibles, desde la ciencia ficción al drama de guerra, pasando por el erotismo y la comedia familiar.
Dicho lo anterior no es sorpresa ni casualidad que “Parásitos” haya obtenido tantos premios en la entrega de los Óscar de este año, lo que sí sorprende es que no haya habido una película 100% estadounidense que le compitiera en originalidad y planteamiento de una historia que escapa al ámbito de lo que acostumbran filmar en los estudios de siempre en Hollywood.
¡Que viva y siga con buena salud el cine surcoreano! Y que ojalá a partir de ahora los cinéfilos seguidores del cine comercial hollywoodense alcen sus ojos y vean y disfruten más de ese producto que se hace lejos de nosotros, pero que nos emociona igual.

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