Coronavirus incrementó la discriminación en México
Por CARLA CABELLO
La pandemia por el coronavirus vino a mostrar el desastroso desarrollo que se tiene en México y, de manera cruel, marcó las diferencias abismales en las que viven las personas de distintas clases sociales.
Es claro que el Estado no ha cumplido de manera adecuada con sus obligaciones de hacer y, no ha podido garantizar correctamente los derechos que las personas tienen y están consagrados en la Constitución como es la salud digna, educación, internet, información, entre otros.
Las autoridades estatales informaron en días pasados que el ciclo escolar en Chihuahua se concluirá desde casa y que las clases de manera presencial se reanudarán, muy probablemente, el próximo 24 de agosto.
Esto ha dejado en desventaja a una gran cantidad de niñas y niños que no cuentan con los medios suficientes para poder absorber al máximo los conocimientos que, a través de sus maestros, iban a adquirir los últimos meses de estudio.
De entrada, en Chihuahua las personas que se verán más afectadas por la situación que atraviesa el mundo, serán aquellas que se encuentran en la zona serrana, ya que la mayoría de quienes ahí habitan, no cuentan con computadoras y mucho menos con internet, dos instrumentos que facilitan el aprendizaje.
Es cierto, las autoridades educativas han hecho esfuerzos importantes para evitar que se pierda el ciclo escolar, ante una problemática que evidentemente no se esperaba, pero llegó al estar inmersos en la globalización de países.
Sin embargo, los mecanismos con los que se cuentan no son suficientes y, además discriminan a las personas, pues mientras una parte del alumnado podrán aprender con laptops, tabletas, celulares o computadoras de escritorio, otra tendrá que hacerlo utilizando la televisión y, otros tantos sólo contarán con los libros de texto gratuitos que les son entregados a inicios del ciclo escolar.
No cabe duda, serán grandes retos a los que las autoridades de los tres niveles de gobierno se tendrán que enfrentar a causa de la pandemia, privilegiando la salud de las personas que resulten víctimas del Covid-19 y la recuperación de la economía del país, pero no sin descuidar sus demás obligaciones, en donde han dejado mucho que desear.
Que mi expresión te haga pensar.