SE TIENE QUE DECIR

Los desatinos de López Obrador
* Respeto a delincuentes… ¿y a las víctimas?
* “La culpa es del modelo neoliberal”, dice sobre asesinato de Fátima
Por CACHO

Tristes y alarmantes a la vez, las declaraciones recientes del presidente Andrés Manuel López Obrador. Latente aún la indignación social (aunque no de toda la sociedad, pues hay quienes defienden lo indefendible) por el asesinato de Ingrid Escamilla, a manos de su pareja, y el mandatario manda a callar a quienes le cuestionaban al Fiscal General, Gertz Manero, por qué se pretendía desaparecer el delito de feminicidio en la iniciativa de reforma penal.
Hay que recordarle que en 2019 fueron asesinadas en el país 2 mil 833 mujeres, de acuerdo con las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Pero no, el dirigente de este país quería difundir su rifa mágica de un avión, sin rifar el avión, que para él, es más importante que el crimen contra la joven de 25 años ocurrido en el norte de la Ciudad de México.
No acabaron ahí sus desatinos. El sábado, al inaugurar en Tepatitlán de Morelos, Jalisco, un cuartel de la Guardia Nacional, pidió -de acuerdo con lo publicado por Milenio-, a dicho cuerpo de seguridad, respetar los derechos humanos de los criminales.
“Los delincuentes son seres humanos que merecen, también nuestro respeto, el uso de la fuerza tiene límites”, dijo el primer mandatario. El respeto a Ingrid y su familia, al parecer, no son indispensables ante el sorteo que lleva adelante AMLO.
Luego, ante el terrible asesinato de la pequeña Fátima, de siete años, y la crítica externada por el diario español El País, a través de un editorial en el que señala entre otras cosas que “el presidente se empeña en imponer su teoría política abstracta sobre un asunto de perfiles muy concretos. La condescendencia con la que ha respondido a las graves preguntas sobre feminicidios formuladas por las periodistas develan a un mandatario que no acaba de comprender el espinoso asunto que tiene entre manos”.
El editorial remata: “¿quién confiaría en un dirigente que hiciera ostentación de tal ignorancia en otras materias como la que manifiesta en feminismo y violencia de género? Pero eso se arregla con una semana de cursillo intensivo. “No tengo problemas de conciencia”, repite López Obrador. En efecto, no es un problema de conciencia, sino de formación y conocimientos.”
Cual adolescente, López Obrador asumió su papel de pendenciero y reclamó al diario ibérico: “¿Por qué no dijeron nada cuando las empresas españolas eran las favoritas y con el apoyo de los gobiernos obtenían jugosísimas ganancias como los bancos o la empresa Iberdrola, que se llevaron hasta a un expresidente de asesor? ¿Cuándo se hizo en El País un cuestionamiento a estas empresas?”, pese a que dicho medio de comunicación ha documentado varios casos de corrupción en México.
Regresando al incalificable asesinato de Fátima (el cuerpo presentaba visibles huellas de violencia), la pequeña de siete años que fue hallada muerta en la alcaldía Xochimilco de la Ciudad de México, López Obrador se dio el lujo de recurrir a la fórmula que hasta hace poco le había dado excelentes resultados.
El presidente dijo que crímenes como el de Fátima “tienen que ver con odio, crímenes que tiene que ver con problemas sociales, problemas familiares, es una enfermedad social”.
“Se cayó en una decadencia. Fue un proceso de degradación progresivo, que tiene que ver con el modelo neoliberal”, “se miden los homicidios, pero no se mide el grado de descomposición social que produjo el modelo neoliberal. Hay una crisis profunda de pérdida de valores, no han pasado a más las cosas, de por sí están muy graves, porque México es un país con una gran reserva de valores pero fue mucha descomposición que produjo el individualismo, el predominio de lo material”, agregó.
Suponiendo, sin conceder que sea cierto, que en lo económico hubiera daño a causa del modelo neoliberal, pasa. Lo que es absolutamente inadmisible es que culpe a un modelo económico por la comisión de crímenes cada vez más espeluznantes, cuando a todas luces se evidencia que la impunidad con que se cometen sigue vigente.
Hay que agregar a lo anterior que la laxitud del combate al crimen es un hecho, pues lo pregona AMLO a los cuatro vientos, diciendo incluso que los delincuentes son seres humanos que merecen respeto… ¿Y las víctimas no? ¿Los familiares de las víctimas tampoco? Esto es más que un desatino del presidente, pero por cuestiones de ética y educación, me limitaré a expresarlo como tal.
Ahora bien, no conformes, los fieles servidores de López Orador con las palabras que de forma tan absurda profiere para justificarse y evadir su responsabilidad como jefe del Poder Ejecutivo, de instruir a quien sea necesario para frenar y combatir el crimen, le aplauden.
Desde la Secretaría de Gobernación misma se publicitó “el decálogo” que López Obrador improvisó en su conferencia matinal, que raya en el ridículo porque es reiterativo y completamente absurdo entre otras cosas. A continuación se transcriben algunos de los puntos, sólo para validar lo antes expresado por este servidor.
1) Estoy en contra de la violencia en cualquiera de sus manifestaciones. (Raro sería si no lo estuviera)
3) Es una cobardía agredir a la mujer.
5) Se tiene que respetar a las mujeres
6) No a las agresiones a mujeres.
7) No a los crímenes de odio contra mujeres.
8) Castigo a responsables de la violencia contra mujeres
9) El gobierno que represento se va a ocupar siempre de garantizar la seguridad de las mujeres.
Reiterativo, improvisado, sí. Aplaudido por sus adeptos, también.
Y no conforme con eso, legisladores de Morena defienden lo indefendible de la postura de su líder y guía político:
La senadora de segunda fórmula por el estado de Guerrero, Nestora Salgado, reclamó a los mexicanos y propuso dejar “criticas tontas”.
“Dejémonos de estar peleando por tonterías, como los partidos políticos lo saben hacer. Estamos en un momento de crisis, y yo a los mexicanos les pido o les pregunto: ¿qué más esperamos, señoras, señores? Son sus niñas, son sus mujeres, quítense de críticas tontas como se la pasan haciendo a nuestro presidente”.
Qué tontos somos los mexicanos porque pedimos que haya justicia, que cesen este tipo de crímenes en la mayor medida posible, que los que los cometen reciban castigo para evitar que el manto de la impunidad los aliente a cometerlos… que tontos somos los mexicanos y me permito agregar: por haber elegido a legisladores como esta señora.
Otro ejemplo de dependencia y ausencia de división entre poderes: el senador de Morena, Martí Batres escribió en Twitter: “Es cierto. El feminicidio, como se conoce en nuestros días, es producto del neoliberalismo. Ciudad Juárez lo demuestra. Trabajadoras de las maquilas fronterizas, lejos de sus ciudades de origen y de sus maquilas, sin red de protección social”.
Como chihuahuense, habría que instruir a este zalamero legislador y aclararle que los asesinatos de mujeres no derivan de un modelo económico que ya se fue. Se producen por la incompetencia y la negligencia de autoridades locales y federales.
Y ya que tocamos el tema de Ciudad Juárez, es necesario hacer una aclaración, en la fronteriza ciudad no sólo mueren trabajadoras de maquilas y si así fuera, no dejan de ser nuestras mujeres mexicanas, vengan del estado o ciudad del que vengan.
Tristemente, he de respaldar lo anteriormente mencionado con un trágico hecho más: la tarde del pasado martes, la locutora de radio La Poderosa, Bárbara Greco, fue asesinada por hombres armados afuera de su casa en la colonia El Barreal. La mujer de 37 años fue asesinada cuando platicaba con su padre.
Para evitar esto no es necesario recurrir a un infantil y mal elaborado decálogo, se necesitan acciones concretas y no sólo del Gobierno Federal, el estatal lleva su parte de responsabilidad en esto, esperemos que ya sea momento de que actúen.
Pues, se tenía que decir… y se dijo.

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