SE TIENE QUE DECIR…

El estado laico ¿dónde está quedando?
Por: CACHO

Mucho ha mencionado y se ha escudado el presidente Andrés Manuel López Obrador, incluso desde que era candidato, en la figura del Benemérito de las Américas, Benito Pablo Juárez García, el presidente que separó a la Iglesia y el Estado.
Lo paradójico es que amparándose en la figura del mandatario reformista, ahora y en cierta forma, tras bambalinas, está empleando la estructura de la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice) para llevar a cabo el adoctrinamiento de al menos siete mil jóvenes.
Esto se pone de manifiesto luego que el pastor Arturo Farela Gutiérrez, líder de Confraternice diera a conocer a la revista Proceso que “actualmente, Confraternice ha incorporado a unos siete mil jóvenes al programa Jóvenes Construyendo el Futuro, a todos ellos les estamos inculcando valores morales, valiéndonos principalmente de la ´Cartilla Moral´, pero también de pasajes bíblicos”.
Recordemos que la llamada “Cartilla Moral” emitida por la administración de López Obrador es un documento escrito originalmente en 1944 por el poeta, ensayista, narrador, diplomático y pensador mexicano, Alfonso Reyes Ochoa, y adaptada por el escritor José Luis Martínez.
Es una especie de “decálogo” conformado por 14 capítulos que hablan de temas como la moral y el bien, el cuerpo y el alma, civilización y cultura, respetos morales, respeto propio, la familia, la sociedad, la patria, la naturaleza y más. Además, cuenta con dos resúmenes.
Cabe señalar que el historiador Javier Garciadiego califica la adaptación de Martínez como “muy cercana a la original” y que fue vetada por el SNTE cuando Ernesto Zedillo fue secretario de Educación Pública, en la década de los 90´s porque dijeron que era un texto que atentaba contra el estado laico, que era anacrónico y que estaba fuera de contexto. Entonces el libro nunca circuló.
Ahora AMLO “lo revivió” y lo puso en manos de Confraternice, que hará uso del programa Jóvenes Construyendo el Futuro para adoctrinar a las 7 mil personas que lo integran y apoyándose también en la Biblia.
El empleo de la Biblia lo mencionó el líder evangélico Farela Gutiérrez, quien dijo en una entrevista al diario Reforma que el plan del presidente es que los jóvenes “tengan valores” y aseguró que no están impartiendo religión, ya que según él, los valores cristianos “son universales”.
A pesar de que esto deja en entredicho el Estado laico, para Farela no se está violando la legalidad porque no se trata de religión, sino de valores, los cuales se inscriben en la capacitación en el rubro de “habilidades blandas”, que complementan la capacitación técnica, sin embargo, admitió que tal “capacitación” se basa en la Biblia.
Otra de las aclaraciones del líder evangélico Farela es en el sentido de que “la instrucción moral que impartimos no hace proselitismo a favor de las Iglesias evangélicas ni de ninguna otra Iglesia en particular. Simplemente les inculcamos a los jóvenes valores morales que les servirán para guiarse en su vida. Éstos son muy importantes en la formación de la juventud”.
Pues bien, ¿entonces qué pasa con las Leyes de Reforma promulgadas en México entre 1855 y 1863, durante los gobiernos de Juan Álvarez, Ignacio Comonfort y Benito Juárez? Da la impresión de que son pisoteadas.
Lo conflictivo en este asunto es que López Obrador se identifica como un adalid de la izquierda, pero como muchas de las señales que envía desde que asumió el poder son sumamente contradictorias, esto parece un vuelco hacia el empoderamiento de la Iglesia, en este caso la Evangélica y que tradicionalmente, las fuerzas de la izquierda siempre han criticado esa cercanía y defendido la separación Iglesia-Estado.
Las críticas izquierdistas se externaron durante lustros contra la Iglesia Católica en México, pero ahora parece que se trata de un escenario muy confortable que desde un programa del Gobierno Federal “se brinde educación” con la Biblia a los jóvenes.
Habrá que preguntar a otros izquierdistas, como el legislador del Partido del Trabajo, Gerardo Fernández Noroña, si no le causa, aunque sea tantito escozor, que la Iglesia se mezcle en los programas del gobierno del santo de su devoción, López Obrador, a quien tanto defiende y llama compañero presidente.
La evangelización desde el gobierno de AMLO está en marcha, pisoteando la saludable distancia que existía entre las dos entidades antes mencionadas y pues, se tenía que decir… y se dijo.

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