La caída del imperio de Maximiliano fortaleció la unidad nacional
La caída del mal llamado imperio de Maximiliano, tuvo un alto significado en el alma nacional. Se puso de manifiesto que la unidad de una nación, sirve para vencer los obstáculos que pueda enfrentar. El 19 de junio de 1867, con el fusilamiento de Maximiliano, se despertó un fuerte sentimiento de patriotismo y unidad.
Desde 1862 se tuvo la presencia en México de los soldados franceses, en el propósito de Napoleón Tercero de hacer de nuestro país uno más de sus colonias. Después de la derrota sufrida por Francia en la batalla del 5 de mayo, redobló sus intenciones Napoleón por apoderarse de una Nación que estaba dividida entre liberales y conservadores. Como se recordará, la guerra de los tres años, que favoreció finalmente a los liberales, sirvió para que los derrotados buscaran otros horizontes para recobrar lo que habían perdido con las leyes de Reforma y con la Constitución de 1857.
Los conservadores, en férrea alianza con la iglesia católica, buscaban a como diera lugar el predominio en el país, y en ese sentido, acudieron ante el emperador de Francia para pedirle que enviara un gobernante. Le hicieron creer que se había consultado al pueblo y que este en su gran mayoría, decidió solicitar el apoyo de Europa con el objeto de recobrar la paz y la tranquilidad.
Fue cuando Maximiliano de Habsburgo, que era archiduque en Austria, aceptó el ofrecimiento de la corona de México, fincando sus razonamientos en el hecho de que no podía aspirar al trono de su país, porque su hermano Francisco José se lo impedía, por derechos de familia. En 1864 llegó a México, acompañado de su esposa Carlota, y dieron comienzo a una era de constante lucha, ante la oposición del gobierno legítimo de Benito Juárez.
En Querétaro sucedió la batalla final, en la que Maximiliano tuvo que entregar su espada al general Mariano Escobedo, en señal de rendición, la madrugada del 15 de mayo de 1867. Fue juzgado por la Ley de Enero de 1862, que establecía el delito de atentar contra la independencia y la paz de nuestra nación. A las 7 con 5 minutos de la mañana del 19 de junio fueron pasados por las armas, Maximiliano y sus generales más cercanos, Miguel Miramón y Tomás Mejía.
Acabó un capítulo cruel, muy triste de la historia de México, que sembró en los mexicanos el sentimiento de independencia y de soberanía. Por eso, siempre se ha distinguido México por no intervenir en los asuntos de otras naciones.
Como dijo el Benemérito: el respeto al derecho ajeno es la paz!