Científicos que estudian una bacteria que causa la escarlatina, el dolor de garganta severo y una forma de enfermedad cardíaca afirman que están más cerca de desarrollar una vacuna que podría algún día prevenir cientos de miles de infecciones al año.
En un estudio publicado en la revista Nature Genetics, científicos de Gran Bretaña y Australia encontraron diferencias detalladas entre las cepas de las bacterias estreptococos del Grupo A, conocidas como Strep A, de 22 países, pero también encontraron varios objetivos moleculares comunes en muchas cepas, lo que ofrece un potencial para el desarrollo de vacunas.
Las infecciones por estreptococo A son una de las 10 principales causas de muerte por enfermedades de este tipo en el mundo. Se estima que causa más de medio millón de muertes cada año.
Puede causar varias infecciones diferentes, desde la faringitis estreptocócica hasta la escarlatina -amenazas constantes en muchas partes del mundo- hasta la llamada enfermedad cardíaca reumática, que puede afectar a ciertas poblaciones, incluidos los aborígenes australianos.
No existe una vacuna eficaz para el estreptococo A, y los esfuerzos para desarrollar una se han visto obstaculizados por la gran cantidad y variedad de cepas de estreptococo, lo que significa que es muy difícil desarrollar una vacuna que pueda ser eficaz contra todas ellas.
En la investigación, investigadores del Instituto Wellcome Sanger de Gran Bretaña y la Universidad de Cambridge, y del Instituto Doherty de Australia y la Universidad de Queensland, secuenciaron el ADN de más de 2.000 muestras de Strep A de 22 países, incluso en África y de las comunidades aborígenes australianas.
«Usando todos los datos que recopilamos, redujimos los genes comunes en casi todas las cepas de Strep A a nivel mundial», dijo Mark Davies, de los institutos Wellcome Sanger y Doherty, colíderes del trabajo. «Es un gran paso en la identificación de lo que podría funcionar como vacuna global».