María Fernanda Martínez Chávez es una estudiante destacada de la Facultad de Ciencias de la Cultura Física, además es taekwondoina, reconocida como una de las mejores en universiadas nacionales, representando a la Universidad Autónoma de Chihuahua. Tiene 21 años de edad y dice que sus logros se han dado en gran parte por su esfuerzo, pero también por la ayuda de sus padres, de la propia UACH, el respaldo de su esposo y por la alegría que le trasmite su pequeño hijo Santiago, de 2 años de edad.
El año pasado ganó medalla de bronce en la Universiada Nacional con sede en Toluca, en donde previo a ello obtuvo los primeros lugares en las competencias estatal y regional, respectivamente.
También se adjudicó en la olimpiada nacional del 2018 la presea de oro por equipos y quinto lugar en combate individual. Además, durante ese mismo año, el primer lugar en otro torneo nacional organizado por la ex olímpica Iridia Salazar y un torneo más en Monterrey, en donde igual consiguió la primera posición en el podio.
Como reconocimiento a sus logros y buenos resultados durante el año pasado, la estudiante de la licenciatura en Educación Física de la UACH fue acreedora al Teporaca de Bronce, otorgado a los mejores deportistas del municipio de Chihuahua.
“El taekwondo ha cambiado mi vida en todos los sentidos, me dio mucho compromiso en él y en todas mis actividades; logré cosas que no pensaba poder hacer”
Aunque está segura que puede llegar más lejos con esfuerzo y constancia, tiene claro que su familia es la prioridad, por lo que dedicar el mayor tiempo a su hijo es la satisfacción más grande, pero también avanzar con sus estudios para buscar un futuro prometedor.
“Quiero decirles a mis compañeros estudiantes que todo es posible mientras se ponga empeño, los sacrificios en poco tiempo regresan logros y triunfos”.
Recordó que su carrera en el taekwondo inició a los 15 años, cuando su mamá la llevó a sus primeras clases. “Empecé con el basquet, pero era algo que no me llenaba y por ello no estaba tan comprometida con ese deporte”.
Fernanda reconoce que en un inicio no le gustaba mucho su nueva actividad, debido a que tenía que practicar sólo con niños en ese momento, sin embargo, fue cuando su entrenador le dijo que tenía aptitudes y que podía trascender en esa arte marcial.
“Tenía que entrenar con puros hombres, pero es lo que me hizo avanzar más rápido, pues eran más fuertes y ágiles, me hicieron más a su modo y eso me ayudó a empezar a competir y a ganar en distintas competencias”, dijo.
Fue en el Colegio de Bachilleres en donde empezó a asistir a torneos nacionales y de ahí brincó a la UACH, en donde fue aceptada en el equipo representativo de taekwondo, que le ha brindado apoyo y grandes satisfacciones como deportista
En un futuro, a mediano y largo plazo, le gustaría compartir sus conocimientos adquiridos en las aulas, pero también llevar su experiencia a través de su disciplina a niños y jóvenes.