Por los rincones de la historia

El 14 de marzo de 1858, Guillermo Prieto salvó la vida de Benito Juárez
El presidente Benito Juárez García, había sido hecho prisionero junto con miembros de su gabinete por los conservadores, el día 13 de marzo en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, por el coronel Landa, en hechos que se dieron después de la derrota sufrida por el ejército liberal en Salamanca. Encerrados, los liberales en el Palacio de Gobierno, esperaban la resolución a su caso, en medio de una gran incertidumbre, habiéndose hecho los arreglos para negociarse la salida de Juárez, en el templo de San Agustín.
Con el propósito de desconocer la Constitución de 1857, Félix Zuloaga había convocado por medio del Plan de Tacubaya, a un levantamiento armado que contaba con todo el apoyo de las clases privilegiadas del país. El rechazo a la Carta Magna, propició el levantamiento armado del grupo conservador, apoyado por el pueblo, situación que dio origen a una guerra que duró tres años.
La mañana del domingo 14 de marzo, mientras continuaban las negociaciones para dar la libertad al Benemérito, el general liberal Miguel Cruz, al frente de 30 hombres avanzó sobre el Palacio Nacional con el objeto de rescatar al presidente, pero encontró un fuerte obstáculo en los rebeldes, quienes se alzaron con la victoria en esta batalla.
Esta acometida del general Cruz, indignó al teniente Filomeno Bravo, capitán del V Batallón, y quien era el responsable de la detención de Juárez García; en esta circunstancia, se aprestó a ordenar el fusilamiento del prisionero. Acto seguido, formó al pelotón, y pronunció las palabras: «preparen, apunten». De improviso apareció Guillermo Prieto, y cubrió con su cuerpo al presidente al tiempo que decía: «alto, los valientes no asesinan». Y agregó varios términos más, con una alta elocuencia, lo que impactó a los soldados que iban a ejecutar la orden de Bravo, quienes se aprestaron a echar sus armas al hombro.
Este es un capítulo emotivo y de gran trascendencia en la vida nacional, que sirvió para orientar el curso de la historia de manera muy importante y decisiva. Guillermo Prieto, por tal hazaña es tenido en una amplia consideración en el museo de los grandes hombres de México. Fue un compañero fiel de Benito Juárez, habiendo desempeñado el cargo de ministro de Gobernación en su mandato. Fue además un reconocido escritor y poeta, autor de varias obras de carácter costumbrista y patriota, entre otras «Memorias de mi tiempo», y la «Musa callejera».

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