Integrantes de la Confederación Nacional de Transportistas Mexicanos, encabezados por su líder local, Edgar Olivas, prácticamente «estrangularon» el Centro de la ciudad y provocaron un caos por las principales calles y avenidas.
Los manifestantes estacionaron sus pesados vehículos de carga frente a Palacio de Gobierno y alrededor de la Plaza Hidalgo.
Automovilistas y peatones sufrieron las consecuencias porque el primer cuadro de la ciudad quedó bloqueado por más de una hora, mientras los choferes sostenían pláticas con las autoridades de Transporte del Gobierno del Estado.
Sin embargo, el congestionamiento vial se extendió por toda la avenida Universidad y Canal Chuviscar, donde conductores particulares y camiones del transporte público perdieron horas para retomar sus rutas y circulación establecida previamente.
El caos vial causó evidente malestar en todos los sectores de la sociedad.
